Mm’08
Después de 4 meses de duros entrenamientos dirigidos a hacer la clásica Matagalls-Montserrat, por fin llegó el gran día.
Mi hermano me llevó a St.Celoni para montarme al autobús que más tarde me llevaría a Coll Formic. Los nervios los tenía a flor de piel dentro el autobús. La hora de la salida era a las 14:30, finalmente se retrasó hasta las 15:00. Llegamos a las 15:45 aproximadamente a Coll Formic.
Me comí un bocata tumbado en la explanada al lado de la salida e intentándome relajar antes de la salida.
Nunca había estado en una carrera donde la salida se diera a 25 personas cada minuto. Por si acaso yo veinte minutos antes de mi salida (17:53) ya estaba al lado del cartel.
Finalmente salí con riñonera de dos botellas con una botella y un cortavientos y un buff en el otro hueco. En el bolsillo tenía dos geles, frontal con pilas de recambio, teléfono móvil, un ibuprofeno (que no tomé), frutos secos, calcetines de recambio, crema antirozaduras y la foto de mi hijo junto a la tarjeta de control.
Empecé corriendo durante el Plà de la Calma, calculaba llegar hasta Aigüafreda en 1h45’. Aquí entablé conversación con Toni de Sant Adrià y juntos emprendimos el comienzo. Al llegar al Control 1 la niebla no nos dejaba ver a más de tres metros. Después de una bajada técnica, y que me divertí mucho, llegamos a Aigüafreda en 1h34’ donde tiré el chubasquero que llevaba puesto.
Cuando llegamos al Control 2 todavía era de día. Nos colocamos el frontal una vez pasado el primer avituallamiento (sándwiches vegetales, dulce membrillo, galletas, agua, …).
A partir del Control 3 (km 28,2) la niebla volvió a hacer acto de presencia. Conocimos a dos chicos de Vic, Mia y David, y fuimos juntos durante varios kilómetros. A partir del segundo avituallamiento (31,5 km) Toni me dijo que iba a pedirse un taxi porque las piernas no le marchaban e iba a abandonar. “Los de Vic” se fueron para delante y yo me quedé con Toni para intentar darle ánimos para que no abandonara. La niebla se hizo mucho más densa subiendo al Coll de Matalafuga (Control 4) y cuando me di cuenta Toni ya no estaba detrás, ya no lo volví a ver más. No sé si finalmente se pidió un taxi en St. Llorenç o finalmente consiguió acabar.
Subiendo al Coll de Matalafuga y bajando hasta St. Llorenç Savall volví a coger un buen ritmo, empecé a adelantar a gente hasta llegar a St. Llorenç (incluso a los de Vic), llegué en 5:40. Al llegar al avituallamiento tuve una sensación de satisfacción que me llenó realmente, después de 45 kilómetros, siendo las 12 de la noche y mucha gente animándote. Llamé a Joya que me estaba esperando por ahí. Me quedé un rato hablando con él, cambiándome los calcetines y de paso me hacía fotos. No tengo palabras para agradecerle todo lo que ha hecho por mí, porque esos ánimos en esos momentos se agradecen muchísimo. Estuve 25’ en el avituallamiento, volví a coger el ritmo y muy fuerte psicológicamente. Casualmente arranqué a la misma vez que “los de Vic”. Fuimos juntos hasta la subida al Coll de Grua. Fueron unos kilómetros agradables que fuimos conversando y pasando el tiempo muy rápido, se formó un grupo de 6 ó 7 marchadores. Me puse primero y empecé a tirar y cuando me di cuenta estaba solo, no había nadie por detrás ni nadie por delante. Después de varios kilómetros llegué al avituallamiento de los donuts. Recargué fuerzas y de nuevo a correr, lo intenté varias veces pero no podía, decidí ir caminando hasta Montserrat porque notaba que así adelantaría más. Fue entonces cuando encontré al compañero perfecto, Juanma de Terrassa, ambos fuimos juntos hasta el monasterio. Justo al llegar al kilómetro 70 (control 8) me empezaron a entrar calambres en la planta del pie y temí no poder continuar pero finalmente fue un susto. Finalmente llegamos a Monistrol, faltaban los últimos 5 kilómetros pero no iban a ser los más fáciles. Empezamos a subir, adelantamos a varios marchadores y finalmente hicimos un grupo de cuatro que llegamos juntos hasta empezar los últimos escalones. Juanma y yo llegamos juntos a la meta, fuimos el 109 y el 110, con un tiempo de 12h57 y 12h58 respectivamente.
Puede ser la experiencia más intensa que he tenido desde que empecé en el running. Te diviertes, conoces a mucha gente, sufres, te repites ¿qué hago yo aquí?, vuelves a sufrir, a disfrutar, pero lo que sientes al llegar a la meta es inexplicable… satisfacción, te crees grande, eufórico,…
Debo agradecer a mi mujer por aguantarme en todos los meses que llevaba preparando el Mm, y a mi hijo que me ha dado fuerzas en cada control que veía su carita y me hacía sonreír.
A mi cuñada y a mi madre por cuidar de mi hijo por las mañanas mientras yo me iba a hacer el “cabra” por ahí.
A mi hermano por llevarme hasta St.Celoni y luego sacarle de la cama para que me fuera a buscar a Montserrat.
A todos los sms que me fueron llegando durante la cursa que me dieron mucha alegría (Manel, Javi, Pippen, Joya, Jordi).
A Joya por ir a verme al avituallamiento de St. Llorenç Savall, por los plátanos, por las fotos que me hizo.
A toda la gente que conocí que también me ayudaron mucho para poder llegar.
A todos GRACIAS
Resumen de la sesión 24 de septiembre.
Hace 1 semana
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